Neutro, elegante, atemporal y luminoso, así es el tono blanco roto, un color que es todo un éxito en decoración y que no debemos dejar de tener en cuenta. Estos son los motivos por los que es todo un acierto hacer uso de él:
Blanco roto, un blanco diferente
Siempre se ha utilizado el blanco en las paredes como una forma inequívoca de acierto en decoración. Un color al que recurrir y que sabes que, aunque pase el tiempo, no te habrás equivocado. Pues bien, el blanco roto nos da esta seguridad, pero también nos aporta otros beneficios:
Menos luminoso
Así es, este color refleja menos cantidad de luz. Al conseguir una luminosidad inferior a un blanco puro, es un tono utilizado en espacios amplios.
Más relajante
Directamente relacionado con el anterior punto, una reflexión inferior crea un efecto más relajante gracias a una luz más tenue.
Fácil de combinar
El blanco roto es un tono bastante neutro, por lo que su combinación con otros colores es muy sencilla. Incluso es común verlo combinado con blanco puro en los techos.
¿Cómo conseguir un blanco roto?
Existe una gran variedad de tonos que reciben esta denominación y ya están preparados, pero crearlo puede ser muy fácil:
Tonalidades frías
Se consiguen mezclando un poco de negro con el blanco.
Tonalidades cálidas
Es sencillo conseguirlas mezclando con el color marrón.
Como ves, se trata de un buen recurso en decoración, tanto que en el estilo escandinavo es muy común utilizarlo en su tonalidad fría. Y tú ¿Te animas a utilizarlo?